Cuando hace ya casi treinta años, en el verano de 1990, entré a formar parte de OHL, nunca imaginé que acabaría dando varias vueltas al mundo para realizar mi trabajo. No es que no estuviera acostumbrado a viajes y hoteles por buena parte de la geografía española, ya que durante los años que fui responsable del Servicio de Prevención en Galicia y Castilla y León, era algo habitual. Pero tengo que reconocer que viajar en avión no era una de mis actividades favoritas. De hecho, recuerdo algún viaje en coche, en pleno temporal del invierno, para evitar el “peligroso” viaje en avión. Por eso cuando mi actual jefe, Francisco Javier Tarín, y nuestro entonces director, Juan Lorenzo Martín, me llamaron para incorporarme al incipiente negocio internacional, me costó mucho tomar la decisión. Viajes intercontinentales de varias horas de vuelo… ¡qué horror!